De nuevos rumbos y otros ya
conocidos
Que tal amigos lectores, después de
unos problemillas técnicos aquí me tienen y primero que nada quiero comentarles
cuan entusiasmada estoy en iniciar este mes un nuevo año escolar y ¡qué año!,
ya que estaré al frente de la Mesa Directiva de mi carrera, lo cual implica un
gran compromiso y responsabilidad para mí, pues durante todo un año algunos compañeros
y yo crearemos actividades con el fin de promover un dialogo interdisciplinario
en la Universidad donde estudio, y bueno aunque nos vimos motivados por algunos
problemillas que encontramos, en lo personal estoy motivada porque siento una
gran responsabilidad como cristiana y como laico comprometido, sobre todo si
agregamos que mi Universidad es de inspiración católica, y como si no fuera
poco, también lo veo como una pequeña respuesta ante el llamado del Papa
Francisco en la última JMJ en Brasil, donde nuestro amado Santo Padre nos
invita a crear espacios de encuentro, de diálogo y sobre todo a ponernos la
camiseta, con todo lo que conlleva este acto, lo que en mi caso implica
desvelos, un poco de estrés, nerviosismo y lo que se deje, así que en estos
momentos me reflejo en el joven hobbit Bilbo, cuando Gandalf le dice que si
acepta esta oportunidad, si regresa no será el mismo, y creo que así será Dios
mediante (en su momento posteare mi testimonio en un año) y aunque de seguro me
topare con cosas que no esperaba, también me topare con las clásicas tareas de
un nuevo curso, a veces fáciles a veces medio complejas y a veces algunas que
te quieren hacer dormir unos tres días seguidos, pero el fin de semana solo
tiene dos días; lo bueno es que dentro de esos días está el Dominus Dei, donde recobramos fuerzas y
alimentamos el espíritu con el mejor alimento que el hombre puede poseer, pero
antes de llegar a la mejor parte del banquete, es necesario reflexionar en la
liturgia de la Palabra la cual inspira muchas de mis ideas para algún proyecto
personal, pastoral y ahora universitario, donde todas de una u otra manera se
conectan.
Y bueno, ahora pasare a una nota
donde explicare brevemente un proyecto que planeo hilar en varios números de
este blog, los cuales están totalmente inspirados en la materia de Filosofía
Medieval, la cual me impartió un sacerdote de los Cruzados de Cristo Rey al
cual estimo, y donde conocí este enriquecedor volumen en castellano del libro How the Catholic Church Built Western
Civilization.
Dialoguemos con Thomas E. Woods Jr.
A pesar de que habrá momentos
donde incluya otras notas que no tengan que ver con esta obra, tratare de
profundizar en algunos datos que ofrece el profesor del Ludwig von Mises
Institute, los cuales están basados en conocidos y prestigiosos investigadores,
donde él pretende ir argumentando con múltiples ejemplos la forma en la cual la
Iglesia a través de religiosos o laicos fue aportando de diversas maneras, las
bases de la Civilización Occidental, lo cual resulta muy arriesgado, pero este
autor acostumbra a desafiar los prejuicios posmodernos donde, por ejemplo se ve
a la Edad Media como la época oscura gobernada por la retrograda jerarquía eclesial,
así él nos comenta como esta idea solo es mantenida por un historiador
ignorante.
Sin duda estos datos me
impactaron, sorprendieron y enorgullecieron, ya que cuando tenemos que bajar el
rostro ante las atrocidades por las cuales el Papa (casi santo) Juan Pablo II pidió
perdón, es también la contraparte la que tiene que ser dicha y por lo tanto
comunicada para ser objetivos, ya que no es cuestión de ver si la Iglesia ha
hecho más cosas buenas o malas en toda su historia, sino de reflexionar sobre
la verdadera vocación del católico, el cual debe seguir una regla capaz de
construir una civilización a través de la vivencia concreta del amor, no
deformando su significado sino amando cada acción como Jesús nos pidió amarnos
los unos a los otros como Él nos ha amado desde siempre.
Bibliografía:
WOODS T., Como la Iglesia construyó la Civilización Occidental, Ciudadela, Madrid 2005.